La región sur rionegrina constituye su economía, básicamente de la ganadería. Los muchos, son pequeños productores laneros, chiveros. Los rasgos mas característicos que tienen sus pobladores son la generosidad, solidaridad, confiabilidad y honestidad.
La realidad es que, estas cualidades no siempre le jugaron a favor. Cientos de casos se reproducen en la región sur, donde “comerciantes avivados” se apropiaron de lo poco (o mucho) que con esfuerzo familiar habían adquirido. Este relato, que nos trae Marcelo Valerio (*), habla de ello. Una historia basada en hechos reales.
Un relato que interpela al lector desde muchos aspectos. Bronca, impotencia y el poder del conocimiento. Sin más, el relato.
El Relato: La pesada.
Lloraba Rubén cuando comprendió las unidades e instrumentos de peso y velocidad, en una clase de física. Lloraba desconsolado, no entendía por qué tanta maldad, tanto cinismo.
Decía que quería ir al campo a avisarle al abuelo. Ya quería ir el campo.
Lo sujetaron sus compañeros 1er. año de la Escuela Hogar, porque el campito del abuelo en Cañadón Chileno quedaba como a 30 Kms. era de noche, y en la Patagonia en esos parajes no anda nunca nadie, ni de día.
Rubén salió caminando casi al amanecer apurado, angustiado, para avisar a su abuelo de lo que se había enterado, para que supiera, para que no volviera a suceder.
Para que no le vendiera nunca más la lana a esos picaros que hace 20 años le compraban por nada, la zafra de las ovejas, criadas con tanto sacrificio por todos.
Esos estafadores, cargaban sonrientes entre broma y broma toda, pero toda la lana en la caja de la camioneta F 100.
Y después “pesaban” los kilos, con la complicidad engañosa del velocímetro de la moderna pick up.
Ruben llegó corriendo a la ruca del abuelo, cansado, en el patio notó las huellas frescas de una camioneta que traicioneramente ya había partido muy pesada, cargada hoy además con sus esperanzas.
(*) Docente, Músico y Escritor.