Por Marcelo Valerio (*)
El Zapatero.
Sin esperarlo y sin idea alguna, se encontró en una guerra con solo 18 años. En la infantería, y luchó. Avanzó entre explosiones, disparos y locura desde Moscú a Berlín. Gasto sus botas del Ejército Soviético en ese viaje de horror. De tanto repararlas con lo que había a mano, para poder seguir, para no perder sus pies, se hizo zapatero, oficio, que junto con la sombra de la guerra lo acompañó siempre.
Los años nunca le permitieron olvidar a Serguei su amigo de la infancia que murió en sus brazos casi al final de la guerra. Lo mencionaba, lo recordaba.
En Berlín, a los pocos días, allí donde perdió a Serguei su amigo, entre tanto espanto y dolor vio nacer el amor. De entre los hierros destruidos de una fábrica de armas salvó la vida a una joven alemana que sería luego su compañera para toda la vida.
El la rescato de la muerte, ella lo rescato del horror.
¿Cómo llegaron a la Patagonia? y qué peripecias pasaron, solo Dios sabe. No es de extrañar que estas almas luchadoras, intensas y sufridas, hayan asomado a la meseta Patagónica para echar raíces definitivas en paz y comenzar de nuevo. El sería zapatero.
Allí casi en la entrada del pueblo, sobre la ruta se instalaron y nacieron sus hijos y nietos.
Una mañana de otoño el zapatero y ex soldado cayó al piso sin reaccionar, su esposa salió a la calle desesperada a pedir auxilio, y un vendedor ambulante que pasaba se ofreció a socorrerlo.
El ruso se iba lentamente, y moría sostenido en los brazos de un vendedor ambulante ex combatiente de Malvinas, recreando en ese instante la misma historia que vivió 60 años atrás.
El zapatero abrió sus ojos lo miró y pronunció – Serguei – con una última sonrisa.
Allí, en un pueblito de la línea sur, por un momento el viento patagónico y ellos, se mezclaron mansamente en un remolino sorprendente de tiempo, guerra y amistad.
El ex combatiente de Malvinas que estaba en ese preciso momento allí para socorrerlo, se llamaba Sergio. Por esos raros episodios de la lingüística, Sergio en el idioma ruso es Serguei.
(*) Docente, músico y escritor.