La propagación de la contaminación ambiental en la capital rionegrina es un tema de preocupación que requiere la intervención de políticas publicas pertinentes con el fin de resguardar el medio natural que rodea la ciudad. El río y el mar, son los principales recursos naturales que ofrece la región y en este sentido, ediles municipales presentaron sus iniciativas parlamentarias.
El primer proyecto de ordenanza busca reducir el uso de sorbetes, vasos y utensilios de plástico en Viedma. La iniciativa fue presentada por el concejal Luciano Ruiz (Frente de Todos), tiene el acompañamiento de Walter Dalinger (JSRN), Roberta Scavo (PRO) y Zulma Romero (también del FdT).
La propuesta impulsa la creación de un programa para la reducción de la utilización de sorbetes, vasos y utensilios plásticos o similares por parte de comercios que operen dentro del ejido y entrará en vigencia a los 90 días de promulgada la ordenanza.
Ruiz argumentó que la idea surgió por dos grandes problemáticas: el impacto en la salud de los usuarios y en el medio ambiente.
Con respecto a la salud, explicó que en la composición de los elementos plásticos hay metales pesados que son tóxicos y consecuentemente perjudiciales para el cuerpo humano (hígado, riñones, sistema nervioso, siendo cancerígenos en algunos casos)
Por otro lado, la producción de material plástico genera demanda de recursos no renovables y que debido a su tamaño y peso, muy pocos sorbetes llegan a reciclarse y la mayoría termina, antes o después, en el río y el mar. Así, el aumento de la producción global de plásticos y la ausencia o mal manejo de sus residuos se vinculan directamente con la cantidad de plástico que termina en el mar.

“Se estima que mundialmente se arrojan 7.000.000 de toneladas de plástico. Debe destacarse que los plásticos tradicionales tardan entre 100 y 500 años en degradarse, llegando algunos hasta los 1.000 años, frente a los 3 a 6 meses que tardan los nuevos productos en biodegradarse” señaló el concejal del FdT.
“Las y los viedmenses tienen un fuerte arraigo con su ambiente, así lo demuestran permanentemente, el Estado debe colaborar con la puesta en marcha de un plan de acción para prevenir y erradicar toda aquella práctica que atente contra nuestra casa común, el ambiente”, añadió.
El segundo proyecto promueve plantar árboles frutales en la ciudad capital y el balneario El Cóndor. La propuesta, que surge de la concejala Zulma Romero, (Frente de Todos), Debido a la ausencia de este tipo de plantaciones en veredas y con el fin de ejecutar acciones que favorezcan el cuidado del ambiente, el documento pretende establecer las condiciones para que los vecinos y vecinas, que son propietarios de inmuebles, contribuyan a su protección mediante la forestación de los frentes de sus propiedades.

“Queremos establecer la obligatoriedad de plantar árboles, priorizando los frutales, porque cumplen la misma función que los tradicionales y, además, proporcionan un alimento saludable”, expresó Romero.
El proyecto, que será tratado en comisión, plantea que los frutales deben tener una serie de características tales como adaptarse a las condiciones climáticas y de suelo; resistir a plagas o agentes patógenos; no utilizar sustancias que afecten la salud de los vecinos y vecinas; contar con raíces y follaje apropiados; crecer rápidamente los primeros años; contar con longevidad; contribuir a la descontaminación sonora y visual ; y propiciar belleza al paisaje.
Los coautores son el concejal Luciano Ruiz (Frente de Todos) y la edil Roberta Scavo (Coalición Cívica- ARI).